sábado, 3 de septiembre de 2016

El sentido crítico: requisito tanto en Ciencias como en Humanidades

El tipo de esfuerzo implicado en «conocer» —a diferencia de sólo «creer»— incluye el duro trabajo de pensar por uno mismo y hacerlo con autocrítica. El esfuerzo científico puede lograr respuestas próximas, provisionales, corregibles y mutables. Las ciencias modernas no están en el negocio de las respuestas últimas, definitivas, incorregibles e inmutables. Por ejemplo, las ciencias no ofrecen pruebas definitivas de nada; tan sólo pueden refutar una teoría en tanto ésta esté planteada científicamente.

Un rasgo de la charlatanería pseudocientífica, que incluso con frecuencia abusa de palabras del lenguaje científico, es que sus teorías carecen de un planteamiento refutable o falsable.

La racionalidad científica es una muy importante clase de racionalidad que podemos –y debemos– ser capaces de distinguir. Por fortuna, hay otros tipos de racionalidad que también están a nuestro alcance para interpretar las realidades a nuestro alrededor —uso el plural de «realidad» pues ésta suele ser múltiple y compleja.

Otras clases de racionalidad son, por ejemplo, la racionalidad poética, la racionalidad afectiva, la racionalidad instrumental, la racionalidad comunicativa, etc.

Si hay variedad de racionalidades entonces hay muchas maneras distintas de tener la razón. La razón acude puntual a donde se le cita, pero no acude en el mismo instante a todas las citas y en todas partes a la vez —como sugiere el principio lógico de no-contradicción. Por lo cual, no es posible tener toda la razón, todo el tiempo, en todos los sentidos y en todo contexto imaginable. Dicho en otras palabras, cualquier opinión tiene garantía de estar equivocada al enfocarse con una racionalidad incompatible.

Pero eso no implica que los extremos del relativismo sean ciertos; es falso que una opinión sea igual y valga lo mismo que la opuesta o distinta. Por el contrario, no todas las opiniones son iguales, hay mucha diferencia entre una mera opinión y un conocimiento confiable. Por ejemplo, ante una herida grave no es lo mismo opinar que sólo se requiere tener fe que, por otro lado, opinar que se necesita tener una fe atinada en el efecto de los antibióticos.

En resumen, la distinción entre mera opinión y conocimiento confiable conlleva el esfuerzo de pensar críticamente; ya sea al indagar la realidad del mundo físico-natural (extra-lingüístico) o ya sea al indagar en las ciencias del espíritu humano; por ejemplo, las ciencias sociales y culturales.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario